Se encuentra a 109 grados 25 minutos 54 segundos de longitud Oeste y a 27 grados 8 minutos de latitud sur. Fue bautizada en el año 1722 por el Holandés Roggeween, concretamente dl día 6 de Abril, festividad de la Pascua de Resurrección.
Los aborígenes de la isla la llaman “Te-pito-o-te-henua”, es decir, “el ombligo del mundo”, aunque parezca un nombre pretencioso, no lo es, ya que se encuentra a más de 3.500 kilómetros de la costa americana y a más de 2.000 de la isla Picairn. Por lo tanto, sus habitantes sólo veían mar a su alrededor, creyendo ser el centro del mundo conocido.
El 20 de noviembre de 1770, dos barcos españoles, el navío San Lorenzo y la fragata Santa Rosalía, bajo el mando de Felipe González de Haedo, desembarcaron en sus costas, relizando mapas de la costa y el interior y contactando de forma amistosa con los lugareños de la isla. Tomaron posesión del terreno y la denominaron isla de San Carlos, en honor a Carlos III.
En 1774 llegaría a la isla James Cook, realizando un estudio completo de la isla y sus habitantes, y un dibujante –Hodges- que fue el encargado de dar a conocer el aspecto de los moais pascuenses al resto del mundo.
Tras esta fructífera expedición, los habitantes de la isla sufrieron varios descubrimientos y redescubrimientos, muchos de sus habitantes fueron asesinados por los invasores e incluso embarcados como esclavos. Algunos de estos volvieron a la isla meses más tarde, el problema es que con ellos volvían enfermedades para las que no estaban preparados, como la sífilis, la tuberculosis o la gripe, ya que no disponían de defensas naturales. Un dato clarificador, en 1864 habían 1.800 habitantes en la isla, en 1877 apenas quedaban 111.
Moais Son la imagen y el misterio de la Isla de Pascua. Pero no las únicas, también podemos encontrar numerosos petroglifos, algunos de ellos verdaderamente extraños, restos arqueológicos de sus antiguos visitantes y las famosas tablillas rongo-rongo.
Los más de mil moais de la isla tienen unas características comunes, tienen aspecto humanoide, con el cráneo aplanado por la parte de arriba, la nariz larga y respingona, los labios finos y proyectados hacia adelante, una mandíbula exagerada, un cuello grueso y corto, orejas largas y ausencia de cráneo. El resto del cuerpo es de proporciones muy pequeñas respecto a la cabeza, rechoncho, de vientre abultado y con las manos de largos dedos que parecen sostener el peso del abdomen. No existen piernas en ninguno de ellos.
En la parte trasera muchos de estos moais tienen unos grabados en la espalda, podría ser una especie de ceñidor, aunque algunos han querido ver la cruz egipcia en estos dibujos. Además, cada moai estaba rematado por una especie de gorro justo encima de la cabeza, algunos de ellos en la actualidad aún lo tienen, es el denominado pukao, que podría ser un típico peinado papúa, todavía utilizado en Melanesia.
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Tuturi |
Sin embargo, existen otras esculturas en piedra diferentes y extrañas. Por ejemplo el moai “tuturi”, fue descubierto por Thor Heyrdhal en los años ciencuenta, se trata de un ser femenino en posición sentada o arrodillada y con la cabeza ligeramente elevada hacia el cielo, las manos se encuentran en posición de orar. ¿Qué o a quién representa esta extraña figura?.
En las laderas de las montañas de Pascua existen cientos de moais inacabados, gracias a ellos se ha podido comprender la forma en que estos monumentos eran construidos, aunque aún falta conocer cómo eran desplazados e izados en su lugar correspondiente.
Entre estos encontramos uno de los más insólitos, se trata de un moai con una perilla de estilo faraónico, existen algunas coincidencias que pueden hacer pensar en un acercamiento entre la cultura egipcia y la de Pascua, los pascuenses llamaban raa al sol, el mismo nombre que daban los egipcios Ra, además ya hemos comentado antes el extraño dibujo de la parte posterior de los moais que podría ser identificado como la cruz egipcia, y además también existe esta perilla en uno de los monumentos. Algunos investigadores han visto en estas coincidencias una prueba irrefutable de este acercamiento de culturas, a no ser por la distancia en el tiempo y en el espacio que las separaba. Los primeros restos datados de Pascua son del 386 de nuestra era y el Egipto faraónico terminó en el siglo IV antes de Cristo.
Otro de los grandes enigmas de Pascua se encuentra justo debajo de los moais, éstos descansan sobre un muro llamado “ahu”, estos muros de piedra tienen un parecido extraordinario con los conocidos muros incas de Cuzco, piedras ajustadas al milímetro, piedras con infinidad de ángulos perfectamente talladas nos hacen ver una forma de construcción similar entre ambas culturas.
Finalidad de los Moais ¿Para qué se realizaban?¿Qué significado tenían?¿A quién representaban?. Presuntamente los “ahu” o muros sobre los que descansan los moais serían de carácter funerario, ya que se han encontrado restos humanos en ellos. Pero esto no responde a ninguna de las preguntas anteriores. Numerosos antropólogos ven en estos monumentos a personajes importantes de la isla, reyes, jefes de clanes y vencedores de torneos, el problema es que se cuenta con más de mil moais y un número similar inacabados, demasiados personajes importantes para una isla tan pequeña.
Contrariamente a lo que podría parecer, los moais dirigen su mirada hacia el interior de la isla, no hacia el mar, existen autores que han querido ver una especie de faros que guiaran a los viajeros, viajeros ¿de dónde?.
Otra teoría es que corresponderían a entidades superiores espirituales que protegerían los cuerpos o almas de los fallecidos, de ahí la diferencias entre cada uno de los moais de la isla.
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Demonios Kava-Kava |
Los demonios kava-kava. Los actuales habitantes de la isla son artesanos, fabrican souvernirs para los turistas, es una buena forma de ganarse el pan. Uno de los más llamativos son los llamados moai kava-kava, seres humanos de aspecto cadavérico, ojos redondos burlones y abdomen hundido. Los realizan desde que tienen memoria. Existe un leyenda que explica la procedencia de estos seres, lo más curioso es que dicen los pascuenses que estos demonios siguen vivos y vagan por la isla vigilando los secretos que guarda, castigando a los visitantes con penurias o incluso con la muerte.
De echo algunas expediciones que han pasado noches en la isla acampados han asegurado oir voces extrañas, pisadas, risas e incluso ver sombras alrededor del campamento, ¿imaginación o realidad?.
¿Cómo se izaban estos moais? ¿Cómo se pusieron en pie estas moles de piedra?. Quizás esta sea la gran pregunta de la Isla de Pascua, hasta el momento nadie ha dado una respuesta convincente al problema. Según los antiguos moradores de Pascua los moais iban sólos, es decir, levitaban a escasos centímetros del suelo hasta su emplazamiento correcto. ¿Utilizaban los pascuenses una tecnología desconocida por nosotros o se trata simplemente de una leyenda?.
La arqueología experimenta es aquella que intenta verificar sobre el terreno las teorías que explican algunos enigmas arqueológicos. Todas las teorías posibles se basan en la utilización de la madera para conseguir su izado. Éstas teorías podrían explicar un buen número de estos moais, pero para otros simplemente no sirven. En la cantera de Rano Raraku encontramos uno de 22 metros de altura y más de 200 toneladas de peso, maderas, cuerda y fuerza humana para poner en pie esta masa pétrea?. Entonces, ¿cómo pensaban trasladarlo?. Lógicamente si se permitieron el lujo de construir este tremendo moai sería para su posterior puesta en pie.
¿De dónde vinieron los pascuenses?. Una isla en mitad del Atlántico, a más de 2.000 kilómetros de la isla más cercana y a 4.000 de la costa Americana ¿cómo llegaron los antiguos pascuenses a la isla?. Para responder a esta pregunta han aparecido numerosas teorías, desde las más fantásticas teorías de visitantes de otros planetas pasando por los antiguos pobladores de la Atlántida o Mú.
La leyenda de los orejas largas La isla estaba habitada por dos pueblos distintos que convivían pacíficamente. Los individuos de uno de estos pueblos tenían un aspecto muy especial. Tanto varones como mujeres se perforaban los lóbulos de las orejas e introducían grandes pesos en los boquetes. De este modo se alargaban artificialmente las orejas hasta los hombros, y por eso se les llama “orejas largas”, mientras los otros recibían el nombre de “orejas cortas”.
Los orejas largas eran un pueblo más enérgico por lo que los orejas cortos tuvieron que ayudarles a construir muros y estatuas, provocando envidias y descontentos. Los orejas cortas iban perdiendo la paciencia, estaban hartos de transportar piedras para los orejas largas, así que decidieron desencadenar la guerra. Los orejas largas huyeron y se hicieron fuertes en un extremo de la isla, bajo el mando de Iko, su jefe.
Hicieron una especie de gigantesca y larga pira sobre una trinchera excavada y la llenaron de ramas y troncos, para incendiarla en caso de ser invadidos por los orejas cortas. Pero Iko tenía a una oreja corta como esposa llamada Moko, que urdió un plan para ayudar a sus compatriotas en la lucha.
Una noche los espías orejas cortas vieron la señal de Moko e envadieron el refugio de los orejas largas, que sorprendidos no pudieron defenderse, todos menos 3 murieron a manos de sus enemigos.
Se ocultaron en una caverna, pero fueron descubiertos, muriendo dos de ellos y el tercero fue conducido a la mansión de uno de sus antiguos enemigos, allí pasó a vivir como huésped, casándose más tarde con una oreja corta y engendrando numerosa prole.
Por último comentar que los grabados realizados en la expedición de James Cook nos muestra a unos habitantes de pascua que podrían pasar hoy en día como ciudadanos europeos, sin duda el dibujante reflejó fielmente lo que veía, pero ¿qué era realmente lo que estaba dibujando?.
Las tablillas rongo-rongo Como ya hemos mencionado anteriormente, los nativos de Pascua han tenido supuestamente contacto con diferentes civilizaciones, la egipcia, la maya y una tercera, más enigmática aún, para conocerla tenemos que viajar hasta Chile, en el museo nacional nos encontramos con unas tablillas escritas en un idioma extraño, son las tablillas rongo-rongo.
Son tablillas rectangulares de madera de toromiro, es una madera blanda al ser cortada y que endurece de forma rápida, ideal para escribir en ella ya que es una madera muy resistente. Dicha escritura a día de hoy aún no ha sido descifrada, no tenemos ni la más remota idea de lo que en ella escribieron los antiguos Pascuenses. Sin duda encontrar en una isla perdida en el pacífico una escritura avanzada como esta es incongruente, ya que para que un tipo de escritura llegue a convertirse en algo real como la rongo-rongo hacen cientos o miles de años de avances y también influencias de culturas diferentes, algo imposible en Pascua.
Por lo tanto, debemos buscar su origen fuera de Pascua, pero curiosamente la única escritura parecida a la de las tablillas rongo-rongo es la del valle del Indo, en la actual Pakistán. Una civilización milenaria, única y sorprendente, alejada miles de kilómetros y miles de años de la isla de Pascua.
Sólo caben dos teorías ante este enigma, o la cultura del valle del Indo tuvo contacto en algún momento con la isla y por lo tanto los pobladores de la misma son mucho más antiguos de lo que creíamos – falta saber con qué medios llegaron a este contacto – o existió una cultura madre promigénea de la que bebieron numerosas culturas, entre ellas las de la isla de Pascua y la del Valle del Indo.